La llegada de un hijo es lo más importante de nuestras vidas. Son 9 meses muy largos lleno de cambios en el cuerpo de la mujer. Para la gran mayoría tener una gran barriga es el primer símbolo de algo que llevas dentro muy querido por la pareja pero que sucede de forma demasiado acelerado aunque veas día a día los cambios que suceden y no lo parezca. Algo precioso que llevas dentro, ¿por qué no fotografiarlo? ¿Y por qué no empezar a tener sus primeras fotos?. Seguro que cuando el bebé sea mayor lo agradecerá.
¿QUÉ MOMENTO ES EL IDÓNEO PARA REALIZAR UNA SESIÓN DE PREMAMÁ?
Lo ideal y recomendable es entre la semana 32 y 35. Antes no porque no se tendría esa #barriguita tan bonita y después porque la mujer pierde esa energía, agilidad para moverse y su mente no está para ello sino en lo que se le viene encima en semanas.
¿DÓNDE REALIZARLA?
Depende de la las preferencias de la madre, pero también asesorado por el fotógrafo. ¿En un interior o en un exterior?. Todo depende pero cada lugar tiene su encanto. Todo lugar es motivo de ser fotografiado. En un estudio, en la casa de la mamá, en el parque, en plena naturaleza, en calle, en la playa, en la nieve…
¿QUÉ ROPA HA DE PONERSE?
Dependerá de la estación en la que estemos. Camisas o chaquetas abiertas, #bikinis, ropa interior para las más atrevidas, #faldas, etc. Para los más clasistas, ropas más discretas o claras pero, ¿por qué no realizarla con alguna temática concreta o algo diferente?. Una mamá motera, vestida de fitnest, pinup, boudoir… Una temática de fotografía diferente siempre marca la diferencia. Un gran consejo es que el día de antes no ponerse ropa muy ceñida para evitar que se marque la ropa.
Cualquier accesorio que se tenga sobre el futuro bebé será muy agradecido. Su chupete, algún peluche, alguna ropita, su #ecografía…Un bodegón con esos motivos es una buena idea.
LA SESIÓN
El día antes de la sesión se recomienda descansar. Estar cansados (también me refiero al padre), con pocas ganas o con ojeras se nota aunque se quiten posteriormente en el Photoshop. Los futuros padres deben estar tranquilos (son simplemente fotografías) y si nunca han posado, dejarse guiar por el fotógrafo. Tener naturalidad en la sesión es un plus muy apreciado. Si en algún momento no se está a gusto, parar, tomar el aire o tomar un poco de agua es una buena receta. Todo sin presión dará buenos resultados.
Es ideal tener como mucho dos o tres cambios de ropa. Muchos cambios o muy seguidos rompería la dinámica de la sesión. Un par de horas es suficiente para no cargarla.
EL TRABAJO
Un buen objetivo da motivación y un buen trabajo, un buen resultado. La fotografía en papel lo es todo (no se puede decir que no es verdaderamente una foto hasta que no esté en papel), puedes tocarlo, sentirlo y olerlo. Durará muchos años y con toda seguridad, el futuro bebé le encantará verse en un fotolibro. ¡Es una cosa maravillosa ser fotografiado aun estando dentro del vientre!.